“No sabía qué era Fitur, ni si se nos regalaba el pabellón”

Una región líder en turismo como la Comunidad Valenciana (4,6 millones de turistas hasta agosto de 2015, un 13,6% de todos los que llegan a España) ha tenido como consejera de turismo a una persona que no entendía nada del sector.

No es raro que algo así suceda en el país mediterráneo, donde el enchufismo político y la mediocridad en los cargos de responsabilidad política está a la orden del día. En realidad, es un problema de la sociedad, que lo permite, y de los empresarios del sector que no lo denuncian y se posicionan en clara connivencia con estos ignorantes del turismo.

Milagrosa Martínez, ex consejera de Turismo de la Generalitat Valencia (entre 2004 y 2007), ex presidenta del Parlamento valenciano (entre 2007 y 2011), y ex alcaldesa (entre 2011 y 2015), ha declarado como imputada en el juicio que se sigue en Valencia por el caso Gürtel. Martínez ha negado los hechos, pero sí ha reconocido que cuando Francisco Camps, ex presidente de la Generalitat Valencia y ex presidente del Partido Popular valenciano, le nombró lo primero que le dijo fue: “Presidente, ¿tú sabes lo que has hecho? No por nada, pero yo de turismo…“. Ella de turismo no sabía nada, ni falta que le hacía, ya estaba para figurar y llevarse el parné público calentito. En su declaración ante el tribunal, Martínez ha reconocido otras lindezas como que ella “no sabía lo que era Fitur”, así como que “no sabía si íbamos a un pabellón, si era nuestro, si se nos regalaba, si lo teníamos que pagar…”. Martínez debía seguir aquella máxima de Carmen Calvo, ex ministra de Cultura del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), quien dijo que “estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie“.

El desconocimiento de Martínez no es raro y por eso hemos asistido al desguace turístico de España, que ha convertido a la península mediterránea en un cascarón vacío que, sí, recibe millones de visitantes extranjeros cada año, pero cuya mayoría vienen a disfrutar de una oferta barata de sol y playa. Ello provoca una gran generación de empleo en los meses veraniegos, pero una destrucción aún mayor en la temporada baja, con los consiguientes salarios de miseria, porque en su mayoría no se trata de puestos de trabajo cualificados. Ese es el turismo que los políticos ignorantes nos han dejado.

Y no sólo sucede con los consejeros autonómicos, también con directores generales que se han dedicado a variadas actividades que no tienen nada que ver con el turismo. Desde este medio no defendemos una tecnocracia en los puestos de decisión política, ya que la democracia conlleva que los cargos públicos los ocupen los representantes que elige el pueblo. Pero sí pedimos encarecidamente una cosa: que los responsables turísticos abandones sus ínfulas, reconozcan que no saben nada (si es así) y se dejen aconsejar por el plantel de profesionales que les rodean, especializados en su área. También por las personas externas a la administración y que están en el día a día del turismo.

Otro ejemplo. La Cadena Ser ha revelado el salario que los ejecutivos de Ifema, todos antiguos cargos y militantes del PP, ha sido de 654.000 euros en 2014. Pero la institución ferial de Madrid sólo ha obtenido 200.000 euros de beneficios.

Ifema es el organismo que celebra Fitur, esa feria de turismo que Martínez no sabía ni que existía, la más relevante de toda España. El organismo está participado en un 31% por la Comunidad de Madrid, en un 31% por el Ayuntamiento de Madrid y en otro 31% por la Cámara de Comercio de Madrid. El 7% restante pertenece a la Fundación Montemadrid, de Bankia (antigua Caja Madrid). Su presidente, José María Álvarez del Manzano, ha tenido un sueldo de 120.000 euros anuales. Por su lado, su director general, Fermín Lucas, y Luis Eduardo Cortés, el presidente del Comité Ejecutivo, han cobrado, cada uno de ellos, 250.000 euros anuales.

Dejamos un vídeo de Luis Eduardo Cortés para entender que la política y la gestión no siempre van cogidas de la mano.

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