Ryanair también gana en los tribunales

Ryanair es famosa por sus constantes polémicas y por su política de comunicación, en la que Michael O’Leary, su presidente, juega un papel fundamental con salidas de tono que le sirven a la compañía para conseguir publicidad gratis en los medios.

Sin embargo, la aerolínea de bajo coste es una de las más exitosas en Europa, con más de 100 millones de viajeros transportados al año y unos beneficios de más de 800 millones de euros, que ya querrían para sí otras empresas en el continente, aunque muchas veces se consigan bajo ayudas camufladas de regiones o países. Estas actitudes provocan filias y fobias, también en la prensa.

Y, a veces, los tribunales tienen que poner las cosas en su sitio. Como la reciente sentencia del Tribunal Supremo en la que se ratifica la condena al diario El Confidencial Digital por haber dañado el derecho al honor de Ryanair con la publicación de un artículo. En concreto se trataba de una pieza que hablaba sobre la prioridad de aterrizaje pedida por varios aviones de la compañía en 2012 por falta de combustible. El diario explicaba los hechos y vertía una serie de opiniones sobre los mismos que Ryanair consideró que vulneraban su derecho al honor.

Cinco magistrados del Tribunal Supremo han estimado que la información de este artículo no era veraz y, por lo tanto, el derecho al honor y a la buena imagen de Ryanair debía prevalecer. Para los jueces, que el director de El Confidencial Digital, quien redactó el artículo, no se preocupase por verificar y contrastar cada uno de los hechos que vertía en el mismo, y en los que se basaban las críticas, es una actitud que hace inveraz el contenido e impide que prime el derecho a la libertad de información sobre el derecho al honor de Ryanair. La condena a El Confidencial Digital ha sido el pago de 2.000 euros, la publicación del fallo y la retirada de su web del mencionado artículo.

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