Revista80dias visitó durante el verano las “juderías del destierro” en Calahorra, Estella, Tudela y Tarazona. De este viaje han surgido dos charlas, una en Madrid y otra en Bilbao, que han servido para exponer los motivos por los que visitar las aljamas de estas ciudades.
Desde Revista80dias hemos bautizado a estas juderías como las del “destierro” porque en ellas recalaron muchos de los judíos que fueron expulsados de los otros reinos ibéricos en 1492, cuando los Reyes Católicos expidieron el decreto de repudio. La mayoría de estas juderías, a excepción de Tarazona, pertenecieron al Reino de Navarra, donde los sefardíes fueron desterrados en 1498.
Las juderías de estas ciudades sirven para comprender la compleja historia de los sefardíes en la península ibérica, que convivieron con los súbditos de las otras dos confesiones: católicos y musulmanes. Por ejemplo, Estella-Lizarra tuvo la tercera aljama en importancia del Reino de Navarra, localizada en un cruce de caminos comercial y religioso, en pleno Camino de Santiago. Esta judería fue el ejemplo perfecto de una de las principales ocupaciones de los judíos ibéricos: la concesión del crédito.
Por su lado, Calahorra sirve de pretexto para comprender por qué había judíos en la península y por qué acabaron en el norte. Los estudiosos consideran que mucho antes de la llegada de los romanos ya había comunidades judías en lo que después sería Hispania. En el caso de Tudela (Navarra) y Tarazona (Aragón), fueron juderías intelectuales, de las que salieron personajes como Benjamín de Tudela, uno de los grandes viajeros de la Edad Media. En la aljama navarra también destacaron las escuelas talmúdicas, de las mejores sólo por detrás de las de Toledo y Lucena (Córdoba). Tarazona también permite hablar de cómo eran las otras profesiones que desempeñaban los judíos.
Junto a otros cinco periodistas de viajes, la Red de Juderías, una asociación pública cuyo objetivo es la promoción turística del legado sefardí en España, encargó a David Fernández, editor de este medio, un reportaje sobre las aljamas del norte de la península. Esta asociación, compuesta por veinte, está realizando una campaña para promocionar la herencia judía de estas ciudades. En muchos casos sólo quedan restos históricos y documentales, pero no vestigios materiales. Por eso, la documentación (recomendamos el libro Memoria de Sefarad) y la imaginación son requisito indispensable para realizar este viaje.
Los reportajes sobre las juderías visitadas por David Fernández se han publicado en Revista80dias y están ilustrados con fotografías de Beatriz de Lucas Luengo, editora de la revista digital Viajes de Primera.