A pesar de los cacareos de responsables políticos e institucionales, que hablan del éxito del modelo turístico español y de la creación de empleo gracias al mismo, los datos muestran otra realidad. Dos recientes informes, uno de la Fundación BBVA y otro de la empresa Turijobs, muestran un panorama bastante negro para los trabajadores de este sector económico.
El estudio de la Fundación BBVA versa sobre la mayor o menor facilidad para encontrar trabajo en función de la carrera cursada. De 100 grados universitarios para los que se han recopilado datos, la conclusión es que los graduados en Turismo son los que menos posibilidades tienen de hallar un empleo acorde con su formación. Además, la base media de cotización a la Seguridad Social (que se suele equiparar al sueldo) es de 19.861 euros. Así que graduarse en Turismo no es una buena opción si lo que se desea es conseguir un trabajo relacionado con los estudios cursados. Es cierto que el informe es bastante desmoralizador, porque a menos que se estudie Medicina, Óptica, Farmacia, ingenierías u otras carreras técnicas, el trabajo relacionado con los estudios de los universitarios españoles es una utopía.
Otra cuestión que se desprende del informe de la Fundación BBVA es el tipo de sociedad que se está creando en España. En las carreras de Artes y Humanidades, el 86% de los titulados no encuentran un empleo asociado a sus estudios. Y en Ciencias Sociales y Jurídicas este porcentaje se sitúa en el 80%. Es decir, que el mercado laboral y empresarial español no valora las Humanidades ni las Ciencias Sociales, lo que significa que la capacidad para ser crítico, para abordar cuestiones filosóficas y éticas o para analizar la sociedad y el ser humano no le interesan a las empresas, al mercado y a los ciudadanos. Y las carencias que se provocan en las carreras de Ciencias, donde el temario relacionado con las Humanidades (es decir, la cultura general, los conocimientos del ser humano) es ínfimo o inexistente, agrava más esta situación y provoca que se pueda ser Graduado en Matemáticas y no tener unas mínimas nociones de qué debe contener un contrato laboral o cómo funciona el sistema político español, por poner dos ejemplos de práctica cotidiana. No hablemos ya de la reflexión filosófica sobre si la creación de un algoritmo matemático que seleccione las noticias que recibimos en Facebook es bueno o malo para la sociedad y los ciudadanos.
Por su lado, el estudio de Turijobs, portal especializado en ofertas laborales en el sector del turismo, se centra en los salarios y ha analizado más de 9.000 puestos ofertados. La nómina media en trabajos del turismo es de 19.593 euros brutos anuales (sin descontar impuestos ni cotizaciones sociales). Sin embargo, este salario es un 17% inferior a la media nacional, que alcanza los 23.646 euros, según el INE. Y ello a pesar de que el turismo es uno de los principales sectores económicos españoles, porque aporta el 11% de la riqueza nacional. El salario que facilita Turijobs es una media y está muy influida por los sueldos que se cobran en el sector de la hostelería, el que mayores ofertas de empleo anuncia y el que menores nóminas paga. Como reconoce Turijobs, de los empleos analizados, aquellos que tienen como requisito haber estudiado EGB/ESO o Bachillerato ofrecen un sueldo de 17.776 euros. Mientras, los puestos que requieren titulación universitaria (no necesariamente la del Grado en Turismo) ofertan un salario de 23.094 euros de media. Y los puestos de gestión tienen la nómina más alta.
En definitiva, estas dos fotos son consecuencia del modelo social y de turismo presente en la actualidad. Ambos informes deben servir para cambiar el modelo hacia una sociedad en el que las Humanidades y las Letras tengan un papel protagonista, como el de la Ciencia y la Técnica, pues todas las disciplinas se combinan y complementan. Es un ideal renacentista, pero necesario. Se debe abandonar la concepción de la enseñanza, y del trabajo, como compartimentos estancos en los que no se pueden abordar cuestiones sociológicas o científicas, dependiendo del empleo de que se trate. Y, desde el punto de vista turístico, es obligatorio dar una vuelta a un modelo que no es de éxito, pues muestra un claro desequilibrio entre la riqueza empresarial que genera y la mediocridad del empleo que crea. Los empleos turísticos pueden estar mejor pagados si la oferta turística aumenta de calidad y busca un cliente que valore la formación superior de estos empleados.